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Sunday, September 11, 2005

Ezekiel 25:17


"The path of the righteous man is beset on all sides by the inequities of the selfish and the tyranny of evil men. Blessed is he, who in the name of charity and good will, shepherds the weak through the valley of darkness, for he is truly his brother's keeper and the finder of lost children. And I will strike down upon thee with great vengeance and furious anger those who would attempt to poison and destroy my brothers. And you will know my name is The Lord when I lay my vengeance upon thee." - Jules Winnfield, Pulp Ficition (1994) -



A pesar de que las visiones y profecías de Ezequiel eran claras y vívidas, se sabe muy poco acerca de la vida personal del profeta. Estuvo entre los miles de hombres jóvenes que deportaron de Judá a Babilonia cuando el rey Joacim se rindió. Hasta esos días trágicos, a Ezequiel lo preparaban para el sacerdocio.
Pero durante el cautiverio en Babilonia, Dios lo llamó para que fuera su profeta durante uno de los momentos más oscuros de Israel. Ezequiel experimentó el mismo tipo de encuentro impresionante con Dios que Isaías narró ciento cincuenta años antes.
Al igual que Isaías, Ezequiel nunca fue el mismo después de su encuentro personal con Dios. A pesar de que los mensajes de Dios mediante estos dos profetas tenían mucho en común, las condiciones en las que vivieron fueron muy diferentes. Isaías advirtió de la tormenta que se acercaba, Ezequiel habló en medio de la tormenta, de la derrota nacional que devastó a su pueblo. Anunció que ni siquiera Jerusalén se escaparía de la destrucción.

La descripción que da Dios de Ezequiel como atalaya en los muros de la ciudad ilustra la naturaleza personal de su ministerio. El trabajo de un atalaya era peligroso. Si descuidaba su puesto, la ciudad entera y él podían ser destruidos. Su propia seguridad dependía de la calidad de su trabajo. La importancia de la responsabilidad de cada persona ante Dios era una parte central del mensaje de Ezequiel. Enseñó a los cautivos que Dios esperaba obediencia y adoración de cada uno de ellos. Al igual que en los días de Ezequiel, es fácil para nosotros olvidarnos que Dios tiene un interés personal en cada uno de nosotros. Podemos sentirnos insignificantes o fuera de control cuando miramos los sucesos mundiales. Pero saber que finalmente Dios lo controla todo, se preocupa y está deseoso de que lo conozcamos, puede darnos un nuevo propósito en la vida.

Fuente: http://www.testificando.com/dpersonajes.asp?p=Ezequiel

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